La actriz española Margarita Xirgú partió de gira con su compañía desde España hacia América en enero de 1936.

El dramaturgo y poeta Federico García Lorca promete encontrarse con ella unos meses más tarde en México, pero estalla la Guerra Civil Española que toma al autor como parte de sus víctimas siendo uno de los primeros asesinados por esa dictadura.

La actriz no puede regresar a su patria y toma la decisión de mantener viva la obra del poeta en toda América, siendo Yerma uno de los textos más interpretados y dirigidos por ella durante su exilio que se extiende hasta su muerte, 33 años después.

Dalias de dormida luna juega desde la poesía con los recuerdos y los personajes del pasado que se alojan en el cuerpo de la actriz, junto con la fragilidad del exilio y la carga dramática de la obra lorquiana en la promesa de un reencuentro que tarda en llegar.

CONCEPCIÓN DE PUESTA EN ESCENA


Desde lo más despojado y austero de un espacio que muestra un teatro vacío, de paredes sin telón de fondo, sin bambalinas ni patas laterales; la puesta en escena apunta a entablar un espacio íntimo y espectacular, casi como si fuese un rezo para potenciar las palabras que, como drama poético se desgarran y anidan en lo más profundo del cuerpo de una actriz/mujer/personaje.

Ella, Margarita Xirgu, se desdobla entre los fantasmas del pasado y los pensamientos que se disparan en un tratamiento de luz importante con recortes de zonas de luces y sombras y que apuntan a destacar las frases que se fugan y confunden con los recuerdos de “Yerma” y de la tumultuosa vida de la actriz.

Canciones infantiles, objetos, poesía e intensas imágenes contenidas en el espacio sonoro con efectos, con profundos silencios y a través de la música original que se gesta en la investigación y que potencia el texto.
Una economía, no solo de recursos escénicos, sino también en una actuación que potencie la palabra, la historia, que recorre a modo de rompecabezas los últimos momentos compartidos con Federico García Lorca.

En síntesis, una propuesta que utiliza pocos elementos escénicos, sólo los indispensables para un accionar que bucee y se manifieste más por los impulsos internos, que por su manifestación exterior en el espacio; evitando en lo posible lo cotidiano naturalista.

Un tratamiento donde la acción se manifiesta en el cuerpo que busca su otra parte…la que fue arrebatada…la que no se tuvo…la que está siempre en la memoria…

Siempre desde la estética de 
TEATEATRO 
acercamos esta propuesta en la que el grupo 
retoma la obra de Lorca como disparadora 
de un universo que se nutre de la figura de Margarita Xirgú, 
para hablar de la identidad, del exilio, de la memoria.






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