DALIAS DE DORMIDA LUNA.
Teatro exquisito
La noche
de San Valentín nos trajo a los enamorados un regalo del grupo argentino
TEATEATRO. En la sala del Ateneo de
nuestro Teatro Terry y en el marco del IV FESTIVAL DEL MONÓLOGO LATINOAMERICANO
y PREMIO TERRY, se presentó DALIAS DE DORMIDA LUNA
escrito e interpretado por
Andrea Juliá y bajo la dirección de Horacio Medrano.
Ambos
artistas, que ya nos habían visitado en otras ediciones del Festival con su
obra ABANICO DE SOLTERA, nos volvieron a conmover (pero esta vez doblando su
apuesta de calidad) con un trabajo que trae a la figura de Federico García
Lorca como centro de la pieza.
Este
poeta, tan caro para nuestro público, que supo recibirlo en la década del ’30
para escuchar sus conferencias ofrecidas en el mismo salón en el que se
presentaron los espectáculos del Festival; nuevamente se posó en la piel de
Juliá para estremecernos.
La
producción del grupo toma como eje de su argumento el momento en que Margarita
Xirgú se despide del autor en 1936 con la promesa de un encuentro que se
frustra por la muerte del poeta, a raíz de la Guerra Civil Española, dando
inicio al exilio obligado de la artista que nunca regresa a su tierra.
Horacio
Medrano moldea cada detalle desde una dirección integral en la que la puesta en
escena se plasma desde un fino trabajo en equipo adonde la síntesis es delicada
y profunda, colocando cada elemento como piezas de ajedrez.
Todo se
fusiona armónicamente: música, vestuario, utilería, actuación, escenografía,
texto.
El
tratamiento del color, el dominio del espacio. Los elementos y las cadenas de
acciones justificadas. Los rojos, el color vino de la ropa, tan característico
de una época. Los objetos estratégicamente usados. Cada imagen capturaba al
espectador a través de los sentidos: la carta, el barco, los tiros asesinos en
Granada.
Esa noche
Lorca vivió y murió en escena desde la construcción de imágenes muy fuertes
como la del traje vacío con las flores. Sublime. Ahí estuvo él sin duda. Y ahí
estuvo Margarita; ambos en una sola actriz, Andrea Juliá, llenando el escenario
desde su hábil manejo de la escena, la expresión corporal y la voz a través de
los resonadores.
Una
puesta integral que comenzó con la música de sala que recibió al público con
una atmosfera española que sutilmente se integró a la música creada para el
espectáculo por Ariela Kantor adonde emerge lo argentino, lo tanguero en un estilo
contemporáneo español y latino.
Una banda
sonora hace que la obra profundice su condición de universal, ya dada por el
tema del exilio.
DALIAS DE
DORMIDA LUNA es un trabajo completo hasta en el programa de mano en el que la
foto del cuerpo cortado, con la pequeña maleta en la mano, muestra una mujer en
permanente viaje, una mujer dispuesta a cumplir su promesa “por los sueños”, tal como lo dice en el final.
Una
belleza que los cienfuegueros disfrutamos en febrero y que esperamos volver a
compartir cuando los trabajos de restauración del Teatro Terry permitan abrir
sus puertas para que nuevamente Margarita Xirgú (quien estuvo en 1922 en su
escenario) regrese de la mano de este grupo argentino.